Con alojamiento, comida y cerveza barata, el sureste asiático es el destino perfecto para cualquiera que viaje con un presupuesto ajustado. Vietnam, Camboya, Laos o Tailandia. Da igual dónde vayas; el sureste asiático con poco presupuesto no tiene secretos. Pero el coste del transporte, los desplazamientos y los suvenires porquería pueden hacer que acabes pagando más de lo que esperabas. Aquí tienes ocho trucos de lujo para asegurarte de que estos extras no te dejan sin blanca.
1. Escoge autobuses o trenes nocturnos
Siempre que puedas, intenta reservar un autobús o tren nocturno. El transporte de larga distancia en el sureste asiático es baratísimo y la red, bastante extensa. Muchos autóctonos escogen viajar de noche porque los billetes son más baratos y el viaje, relativamente cómodo. La mayoría de trenes y autobuses tienen literas o asientos reclinables y aire acondicionado. Hay viajeros a quienes no les gusta viajar de noche por temas de seguridad, pero conlleva el mismo riesgo que viajar de día; simplemente asegúrate de no perder de vista tus pertenencias y estate atento a tu alrededor. Te ahorrarás una noche de alojamiento y no tendrás que sacrificar tiempo de día que podrías invertir en visitar templos o tomar el sol.
Autobuses en Vietnam
2. Escoge un asiento en vez de una litera
Si decides viajar de noche en tren, los asientos son la opción más económica. Lo más sensato sería escoger una litera (suele haber cuatro camas en dos niveles por compartimento), pero a menudo están llenas de chinches. No te equivoques, los asientos no es que sean como ir en primera clase, pero al menos tienes más espacio vital y son totalmente reclinables; y además son la opción más barata si quieres comodidad básica. Actualmente, están renovando los trenes en Vietnam y los vagones de los años 60 y 70 se cambian por modelos coreanos más modernos. Tendrás las mismas comodidades en un asiento que en una litera, incluido el aire acondicionado y el carrito de comida. Lo que no te puedes olvidar son los tapones para los oídos.
3. Come comida callejera
Hay muchos viajeros que no se acercan a la comida callejera por miedo a indigestiones o cosas peores. Pero la verdad es que en las calles del sureste asiático se pueden encontrar alimentos de lo más fresco y barato. Pagarás más por comer «comida occidental» comparado con la minucia que pagas por probar cosas muy sabrosas (desde fideos con pollo a donuts de sésamo) en los puestos callejeros. Los vendedores compran sus productos frescos cada mañana en los mercados locales, así que seguro que comerás algo auténtico. Escoge un puesto popular, haz como los autóctonos y adelante.
Comida callejera Hanoi, Vietnam
4. Bebe Bia Hoi
Con la bebida, escoge lo autóctono si no puedes salirte de presupuesto. Cada día, sobre las cinco de la tarde, las cafeterías de Vietnam salen a la calle y llenan las aceras de mobiliario de plástico rojo y botes de palillos. Esto solo significa una cosa: la hora de la Bia Hoi. O sea, pintas a 10 céntimos y tapas asiáticas, como espinacas fritas y dumplings de ternera a unos 50 céntimos el plato. Pilla un taburete y observa el mundo mientras te hartas por casi nada. Este ritual diario es bastante común en todo el sureste asiático y cada país o ciudad tiene su versión de la Bia Hoi, la cerveza fabricada en Hanói. Aprovéchate de estos precios ridículos, prueba comida casera de lo más sabrosa y conoce gente del lugar.
Bebe Bia Hoi Hanoi, Vietnam
5. Regatea
No tengas vergüenza si quieres conseguir una ganga. Asegúrate de regatear en los mercados si quieres pagar el mejor precio por cualquier cosa, desde te o café a objetos de diseño de imitación. Los tenderos al menos esperan que pidas un descuento, así que no hay de qué avergonzarse. A menudo el precio sube cuando se dan cuenta de que eres turista, así que hay margen para negociar el precio de ese bolso «Prado» o esas zapatillas de seda. Sé tozudo y conseguirás más de una ganga, además de tener más calderilla para la Bia Hoi.
6. Deja el cepillo de dientes en casa
La mayoría de albergues y hoteles baratos del sureste asiático ofrecen cepillo y pasta de dientes gratuitos, jabón y hasta maquinillas de afeitar. Ni que decir tiene que no son de la mejor calidad, pero sirven para lo que sirven y así te ahorras comprar todas estas cosas que a menudo cuestan bastante dinero. Además, te ahorrarás un poquito de espacio en la maleta para meter otro bikini o un libro para leer en la playa.
7. Fija el precio del taxi antes de subir
Si quieres ir sobre ruedas, los tuk tuk y los taxis abundan en la mayoría de ciudades y pueblos. Sin embargo, antes de subir asegúrate de fijar el precio del trayecto e intenta pedir un descuento. Así te aseguras que el precio del viaje no suba por las nubes una vez hayas llegado a tu destino. Asegúrate de saber la dirección exacta de dónde quieres bajarte. Es sabido que los taxistas dan vueltas y pasan por agencias de viajes y hoteles para intentar convencer a los viajeros para que reserven un tour o cambien de alojamiento para luego cobrar más por el viaje extra. Fijar el precio y saber a dónde te diriges te ayudará a evitar momentos como este y que no te tomen el pelo.
Tuk Tuks Bangkok, Tailandia
Source: skyscanner.es
Support: viajeindochina.com
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